Pleito litigado por Francisco de Segovia y consortes, mercaderes, vecinos de Segovia; Gonzalo de Cáceres y consortes, vecinos de Madrid, los concejos de Chinchón, Colmenar de Oreja, Brunete y otros concejos, con Teresa de la Cueva Álvarez de Toledo, condesa de Chinchón, como tutora de su hijo Pedro Fernández de Cabrera y Bobadilla, conde de Chinchón, y sus demás hijos, sobre rechazar los primeros el repartimiento realizado por el licenciado Alonso de Pomareda, juez de comisión, a los vecinos de Segovia, Madrid y demás concejos citados, en reparación de los daños sufridos en la hacienda y fortalezas de los referidos condes durante la guerra de las Comunidades de Castilla.
Este documento se enmarca en la situación social que se formó durante el conflicto; cómo la burguesía segoviana apoyó a las Comunidades, en contra de los nobles y cómo al finalizar la contienda y ser condenados a indemnizarlos, alegaban que habían actuado por miedo y amenazas, para intentar limpiar su imagen.
La situación social en las ciudades del interior de Castilla es diferente a la de las limítrofes; así en Segovia la burguesía mercantil e industrial se alió con las Comunidades, mientras en ciudades como Burgos, lo hicieron con el bando realista; este hecho refleja la diferencia en los intereses económicos del mismo grupo social, según la zona donde efectuasen su actividad.
El pleito marca la protesta de varios nobles y concejos cuando se resuelve un pleito planteado por ellos pidiendo una indemnización por los daños sufridos en sus bienes, por parte de la burguesía de la ciudad. Ellos consideraban la indemnización como menor de lo justo, por lo que litigan de nuevo.