Pleito litigado por Juan de Acuña, conde de Buendía, con Andrés González y Juan Guerra, vecinos de Dueñas (Palencia), sobre el abono de los daños ocasionados al castillo de Tariego de Cerrato durante la guerra de las Comunidades
En septiembre de 1520, en pleno conflicto comunero, hubo un levantamiento popular en Dueñas, capital de los estados del conde de Buendía, Juan de Acuña. La villa había sido libre hasta su cesión a los Acuña en 1440 y no abandonaba la pretensión de regresar al domino real. Así, la noche de 1 de septiembre un grupo armado entró en el palacio de los condes, obligando al señor a entregar el castillo y a abandonar la villa. Acto seguido solicitaron el reingreso en el dominio real, por lo que en principio este acontecimiento no tenía que ver directamente con la rebelión comunera: «Cuando la dicha villa se había querido alzar, no había sido por vía de comunidad ni por hacer mal ni daño a los condes e condesa, salvo por servir a Nos el rey y por querer ser nuestros vasallos y de nuestra corona real». Fuera como fuere, el incidente de Dueñas y su posible réplica en otros lugares comenzó a preocupar seriamente a los nobles.
Libre del conde, Dueñas se convirtió en varias ocasiones en cuartel general de las tropas del capitán comunero Antonio de Acuña, desde donde partieron diferentes acciones militares por Tierra de Campos a partir de finales de 1520. En ese contexto, Acuña tomó el castillo de Tariego de Cerrato, propiedad del conde, ante las protestas de algunos procuradores comuneros en la Junta General, que exigieron que se devolviera la fortaleza al conde, ya que no era considerado enemigo del reino.
En febrero de 1521 se puso al frente de las campañas en Tierra de Campos Juan Hurtado de Mendoza, con el título de capitán general y gobernador, sin embargo, sus métodos autoritarios ocasionaron su cese y sustitución por Juan de Figueroa, quien volvió a ocupar la ciudadela de Tariego de Cerrato. En abril de 1521, Figueroa fue capturado por las tropas del Condestable de Castilla que desde Burgos se dirigían a librar la batalla definitiva en Villalar. El conde de Buendía recuperó así el castillo de Tariego y poco después inició una violenta represión contra los vecinos de Dueñas que habían participado en las comunidades y solicitó indemnizaciones de forma irregular.
En este documento se puede seguir el proceso judicial por las reclamaciones por los daños sufridos en el castillo de Tariego de Cerrato, aunque no fueron las únicas. Cuarenta años después de concluida la guerra, los condes de Buendía seguían exigiendo reparaciones.