Pleito litigado por Gabriel Canelas de Temiño, vecino de Zamora, y sus herederos a su muerte, con el fiscal del rey sobre la indemnización que le corresponde por el saqueo y destrucción de su casa durante el tiempo en que fue expulsado del lugar por la junta comunera, de la que formaron parte los ajusticiados Juan de Porras y Francisco de Ocampo
Al estallar la rebelión comunera en Zamora se intensificó una antigua rivalidad entre el obispo Antonio de Acuña y el conde de Alba de Liste. Este último, con cierta habilidad, logró mostrar indignación por lo sucedido en La Coruña, y ello le valió para que la ciudad no enviase inicialmente representantes a la Santa Junta. Sin embargo, consolidada su posición no tardó en detener a los principales comuneros zamoranos, como Juan de Porras y García Hernández de Ocampo. El obispo logró dar la vuelta a la situación y logró expulsar al conde y al prior de San Juan bajo la amenaza de la llegada de un ejército al mando de Juan de Padilla. La ciudad se organizó en comunidad y se expulsó a todos los partidarios del conde.
El obispo acabaría por convertirse en uno de los comuneros más radicales.