Los comuneros llegaron a las murallas de Torrelobátón, villa de los estados del almirante de Castilla, al amanecer del 21 de febrero de 1521. Contaban con una fuerza de 6000 infantes y 600 jinetes. Tras un intento fallido de rendir pacíficamente la villa dio comienzo el asedio, que se prolongaría durante cuatro días.
El 25 de febrero lograban entrar en la villa, que fue sometida a un duro saqueo. El castillo, sin embargo, aún aguantó varios días. Su teniente, García Osorio, solo aceptó la rendición tras garantizar la conservación de la mitad de los bienes de la fortaleza.