Pleito litigado por Francisco de Pajares, vecino de Ávila, con sus convecinos Juana de Maldonado, Francisco González, Francisco de Fontiveros y otros consortes, sobre los daños ocasionados por el derribo de unas cajas propiedad del primero en tiempo de las Comunidades
Ávila fue la primera sede de la Junta General comunera, a pesar de que la ciudad no tenía representación inicialmente en la misma y que durante toda la guerra se mantuvo en una posición moderada y discreta, más interesada en negociar que en guerrear. Su principal líder fue Suero del Águila quien, apresado en la batalla de Tordesillas, fue liberado por el cardenal Adriano, buen conocedor del poco furor comunero de la ciudad. Ávila, siempre tomando como referencia a la ciudad de Burgos, posiblemente no abandonó el bando comunero para no quedar expuesta ante las comunidades más radicales de las ciudades vecinas: Salamanca, Segovia, Madrid, Medina del Campo, etc.