Pleito litigado por Alonso de Sosa, vecino y jurado de Toledo, con el fiscal de rey, sobre la pertenencia de los bienes de los indultados de la revuelta comunera de Toledo y que les había sido confiscado, habiendo servido el citado Alonso de Sosa fielmente a la Corona durante la rebelión, durante la cual los amotinados le habían destruido numerosos bienes.
El hecho se enmarca en el contexto de las consecuencias del Perdón a Toledo; cuando se excluye de culpa a algunos rebeldes que habían saqueado los bienes de los señores y se les restituyen esos bienes. Este hecho genera la protesta de los señores que habían sido fieles al bando real.
En este caso, Alonso de Sosa reclama los bienes que le habían sido quitados por los rebeldes, aludiendo a su buen servicio al rey. Tras el Perdón de Toledo algunos de los perdonados recuperaron bienes, cuando fueron ellos los que durante la revuelta habían saqueado los bienes de Alonso de Sosa.